Suena raro eso de que un fabricante indio necesite de la aprobación del Gobierno de Estados Unidos para poder comprar dos compañías británicas, pero bueno, así ha sido las cosas para Tata. De todos modos el proceso fue fácil y la Comisión Antimonopolio aprobó la venta de Jaguar y Land Rover por parte de Ford, no encontrando motivo alguno para oponerse. Así que felicidades a Tata, ahora comienza lo difícil.

