¿Sorprendido? No deberías. El caso es que Tata no lo va a tener tan fácil como realizar una simple transferencia de 2.000 millones de dólares a Ford y quedarse tan fresca. Jaguar y Land Rover se encuentran tan sumamente integradas en el tejido interno del óvalo que \"el comprador de las marcas ... necesitaría las instalaciones de investigación de Ford para actualizar los productos\", y está claro que Ford no va a regalárselas a Tata por su cara bonita. Además, el fabricante asiático deberá asumir los gastos derivados de las pensiones, y aunque por el momento todavía están sin cuantificar, todos sabemos que estas cosas se pueden ir de las manos rápidamente.
El resultado de todo esto es que Tata y Ford no se encuentran discutiendo un único pacto, sino 15 o incluso 20 distintos. Todo lo que Ford ha dicho al respecto es que se encuentran en \"conversaciones sustanciales y detalladas con intención de asegurar un acuerdo\". Estas negociaciones asegurarían en gran medida la permanencia elementos mecánicos y tecnológicos vitales para Jaguar y Land Rover, los componentes necesarios para mantenerlos, y los medios para que Tata se ponga al día, suavizando la transición todo lo posible.
La traducción del asunto podría dejarse en un venta no sólo más cara de lo presupuestado inicialmente, sino también más lenta y considerablemente más compleja.

