Pero aquello pasó. Hoy en día, su valor económico a caído en picado, se ven cientos de anuncios a precios irrisorios, muchos de ellos coches descuidados o abandonados, incluso algunos se mandan al desguace en pleno orden de marcha. No son buenos tiempos para nuestro XJ40, en la época de la eficiencia, la ecología y las emisiones de CO2.
Y ahí lo tengo (o lo tenía hasta hace una hora), bien tapadito con su funda, en espera de tiempos mejores, o de un buen día, o.... una avería inesperada. Pues así ha sido. Mi "electrodoméstico" de diario me ha dejado tirado, justo cuando tenía que llevar a las niñas al colegio, y rápidamente he tenido que poner en marcha el Plan B (¿O debería decir Plan J?).
Le he quitado la funda, esa funda que esconde una figura estilizada y agachada, felina, pero que impide ver la belleza que hay debajo. Al quitársela, aparece el coche como si irradiase con una luz propia, como agradeciendo el detalle ("Te estaba esperando, vámonos"). Después de más de tres meses de inactividad, le he conectado la batería, he girado la llave y el 6 cilindros se pone en marcha al instante, con un rugido grave, potente, seguro. Las niñas...., locas de alegría: "Bieeeen, nos vamos en el Jaguar!!".
El día está nublado, eso hace que el brillo de la carrocería destaque aún más con la luz difusa del ambiente. Las ramas de los árboles y los edificios se van reflejando en el capó, mientras el coche avanza silencioso, con paso firme y seguro, ese andar majestuoso que ya no tienen los coches modernos. Ya no recordaba cómo hacía girar las cabezas. La mayoría de los conductores que me cruzo echan una mirada de reojo al coche, y eso que es lunes y van medio dormidos. Miradas de asombro, de interés, de... nostalgia? No pasa desapercibido. Cuando aparco en el colegio, muchos niños se quedan mirando, algunos señalan con el dedo y se les puede leer en los labios: "Mira que coche, papá". Algunas personas que conozco me sonríen maliciosamente, como diciendo: "Anda, vaya cochazo te gastas". Pero eso no importa. Cuando lo vuelvo a arrancar, sólo somos el coche y yo. De vuelta a casa, pero la vuelta no es igual que todos los días. Hoy es especial, hoy voy en un COCHE. Ya estoy esperando que salgan las niñas del cole para ir a recogerlas otra vez.
¡¡Larga vida al Rey!!

P.D.: sí, ya sé que es lunes por la mañana, ¿demasiada poética tal vez?
