Nos deja un gran aficionado y una mejor persona.
Presidente del Club TR Register Spain, y un gran aficionado, al mundo del motor.
Siempre recordare, con mi primer clásico (TR6), las sesiones de mecánica en su casa, y el cariño y entusiasmo con lo que hacía todo.
La asistencia a las primeras concentraciones en Pozuelo, y el primer, número que publicamos del Boletín del Club.
También recuerdo como quería a su pequeñín, su TR2, y sus anécdotas, desde como lo encontró, lo restauro por primera vez, como luego lo cambio mecánicamente y como finalmente, lo volvió a su estado totalmente original.
O como me reía, cuando me comentaba, que su GT6, era absolutamente inconducible y que se había pasado, poniéndole motor y potencia.
Pero ante todo, lo recordare, como una gran persona, amigo de sus amigos, aficionado “incombustible”, siempre con la misma ilusión y entusiasmo por la vida, y con esa mirada picara, un poco de niño…

Adios Amigo.