
Por fin se ha cerrado el trato, aunque no ha sido exactamente como todo el mundo esperaba. Ford Motor Company ha vendido su filial Aston Martin a un consorcio liderado por el fundador de Prodrive, David Richards, el coleccionista John Sinders e Investment Dar y Adeem Investment Co, dos firmas de inversiones kuwaitíes. El valor de la operación es de 479 millones de libras (701 millones de euros/925 millones de dólares); de todas formas Ford no dirá adiós a Aston Martin sin más, ya que retendrá una participación de 40 millones de libras (58 millones de euros/77 millones de dólares) en el fabricante inglés. Esto significa que las arcas del fabricante de Deadborn recibirán una inyección de tan solo 848 millones de dólares, bastante por debajo de lo deseado por el óvalo azul. Ford de todas formas se muestra contenta con la venta en la nota de prensa que ha distribuido, en la que afirma que Aston Martin estará mejor bajo una compañía que pueda ofrecerle un mayor presupuesto con el que trabajar.
La transacción se verá reflejada en los resultados del segundo trimestre del año, posiblemente escritos con tinta negra en lugar de roja para variar. Al menos temporalmente.