Prueba del Jaguar I-Pace: ¿ha llegado el azote de Tesla?

El nuevo electrico
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TheShadow
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Prueba del Jaguar I-Pace: ¿ha llegado el azote de Tesla?

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Un auténtico puñetazo en la mesa. De los guapos.
Por mucho que te siga costando reconocerlo, el coche eléctrico es ya una realidad que, poco a poco, empieza a abrirse paso en nuestras calles -y en Noruega su éxito está afectando ya al negocio del petróleo-. ¿Creías que poner sobre el asfalto propuestas realmente interesantes propulsadas por pilas sólo estaba al alcance de Tesla? Ve olvidándolo: aquí tienes la prueba del Jaguar I-Pace que, además de haberse convertido en un auténtico pionero en el Viejo Continente, llega cargado de argumentos para dejar a Elon Musk con la mandíbula en el suelo. Y va en serio.
Sí, sé que al echar un primer vistazo a la imagen del nuevo Jaguar I-Pace no has podido evitar sentir unas profundas ganas de bostezar... y no te culpo: vivimos en un mercado completamente saturado de todocaminos en el que cualquier nueva opción parece estar llamada a fundirse en la masa. Salvo que tenga razones bajo el brazo que la hagan verdaderamente interesante. Y eso es precisamente lo que han hecho los ingleses con el retoño con el que, además de haber pasado por la derecha a pesos pesados como Audi o BMW, darán la vuelta a un segmento demasiado acostumbrado a la espartana pulcritud de los eléctricos
A nivel externo el nuevo Jaguar llama poderosamente la atención gracias a unas líneas difíciles de encontrar hoy en día y que tienen su razón de ser en su condición de vehículo eléctrico: al no tener que albergar un motor dentro de sí, la parte delantera ha menguado considerablemente... para ceder espacio a un habitáculo sorprendentemente espacioso para un modelo de su segmento. Y no lo digo por decir: hice la prueba encajándome en la segunda fila de asientos con otro periodista de mi estatura que también estaba haciendo su prueba del I-Pace y ambos quedamos acongojados al comprobar que, aun con las plazas delanteras configuradas para nuestra talla, detrás había espacio para viajar sin desear tener una sierra a mano para quitarnos las piernas y echarlas en su maletero. De 656 litros -más 27 extras delante-, por cierto. Según Ian Callum -su diseñador-, el no tener que trabajar pensando en encajar un gran bloque de combustión bajo el capó le dio mucha libertad para jugar con los diseños clásicos de los deportivos con motor central de antaño. Oh, sí.

Por dentro continúan las buenas sensaciones que aporta su exquisita silueta exterior y, a mi juicio, la calidad percibida y de ajuste entre todas y cada una de las piezas que componen el habitáculo del I-Pace supera holgadamente la que lucen sus compañeros de gama -como el F-Pace o el E-Pace-... y eso es algo fantástico. La postura al volante es cómoda, el manejo de todos los controles relativos a la conducción realmente intuitivo y gracias a la incorporación de la doble pantalla con ruletas físicas bautizada como Touch Pro Duo -como la del Range Rover Velar, sí- puedes sentir cómo lo tienes todo al alcance de tu mano sin tener que navegar por 126 menús distintos para subir medio grado la temperatura del climatizador.

Prueba del Jaguar I-Pace: ¡en marcha!
Como me imagino que ya habrás leído todo lo escrito sobre el diseño, la imagen y la tecnología presentes en el protagonista de esta prueba del Jaguar I-Pace, deja que vaya directamente al grano: su comportamiento. Por suerte, la marca de coches británica preparó a los afortunados que acudimos a su llamada en Portugal un recorrido realmente completo en el que pudimos analizar de qué pasta estaba hecho su nuevo producto en todo tipo de vías... y superficies. Desde la amplia autopista que nos permitió dejar atrás el aeropuerto hasta el mismísimo circuito de Portimao -en el que mi colega Luis Guisado pudo probar a fondo el 911 GT2 RS- pasando por carreteras secundarias de toda clase e incluso un par de zonas todoterreno. Y la conclusión es bien sencilla: han creado un auténtico monstruo. ¿Y esa cara? Deja que te explique.

En vías rápidas el comportamiento del I-Pace -aquí tienes a sus rivales- es realmente bueno: tiene un aplomo más que sobrado gracias a la amplia batalla disponible y la suavidad con la que puede rodar sólo es comparable al nivel de insonorización del habitáculo. Pero no te confundas: bajo el pedal del acelerador -que será el único que tendrás que usar si empleas la regeneración de energía más alta disponible- tienes a tu disposición 400 CV y 696 Nm de par que están dispuestos a catapultarte a velocidades de infarto en cualquier momento y, por eso, adelantar con él es tremendamente sencillo. Tanto como quedarse sin carnet, claro.

A la hora de afrontar carreteras secundarias se deja notar el gran trabajo que han hecho sus desarrolladores y, salvo que entres en un giro con demasiada alegría, las más de dos toneladas que pesa el conjunto se disimulan a la perfección gracias a una suspensión con un tarado acertadísimo y a un conjunto que responde muy bien a los cambios de dirección. ¿El mayor problema que tiene? Exactamente el mismo que encontré en la prueba del Tesla Model S 100D: la ausencia total de sonido convierten la conducción espirituosa en algo bastante desconcertante al principio. Pero luego empiezas a jugar con el gatito y todo se pasa.

Prueba del Jaguar I-Pace: y ahora, al circuito
Vale, sé que dudas muchísimo que ninguno de los clientes potenciales del Jaguar I-Pace decidan comprarlo tras comprobar sus maneras dentro de la pista... y tienes razón. Pero los ingleses están tan convencidos de que han hecho las cosas bien que se empeñaron en que comprobáramos de primera mano que la receta empleada no sólo es la adecuada para crear cualquier deportivo: también funciona en un SUV eléctrico. ¿Los ingredientes? Toma nota: un centro de gravedad lo más bajo posible, un reparto de masas del 50/50 entre ambos trenes de rodaje y una rigidez estructural capaz de hacerlo resistir el impacto de un maldito meteorito -nota: se trata de una exageración y nadie ha tratado de probarlo en condiciones reales. Creo-. Y créeme cuando te digo que saben de lo que hablan.

Por si no conoces el trazado de Portimao, debo decirte que se trata de uno de los lugares menos recomendables para hacer una toma de contacto con cualquier cosa que corra lo suficiente: la mayor parte de sus curvas son totalmente ciegas y dar una vuelta completa al circuito implica asumir que estás a punto de saludar a la de la guadaña al menos cuatro o cinco veces. Por mucho que confíes en el instructor que va a tu lado. Afortunadamente soy un tipo tremendamente apañado y, entre grito y grito de auxilio, pude ver de primera mano que el tacto y maneras del I-Pace sobre la pista es sorprendentemente... sorprendente. No sólo empuja como un demonio en cuanto aplastas el acelerador -recuerda los 696 Nm de par-: también sabe frenar cuando toca y puede hacer giros con un aplomo brutal a cualquier velocidad. Jamás pensé que saldría tan impresionado de un artefacto como éste. Maldita sea.

Prueba del Jaguar I-Pace: ¿dará la talla fuera del asfalto?
La experiencia del circuito me impresionó tanto que, para contártela cuanto antes, me he saltado una de las etapas del viaje: la ruta fuera de carretera. Para demostrarnos la capacidad de su nuevo juguete, a lo largo del recorrido de la prueba del Jaguar I-Pace nos encontramos con una zona 4x4 bastante más peliaguda de la que cabría esperar para un producto así: además de un vadeo bastante largo siguiendo el cauce de un pequeño río -la profundidad que admite el coche es de medio metro-, afrontamos una cuesta pedregosa con bastante pendiente y un descenso realmente acusado que podría poner en aprietos a más de un SUV de los que triunfan en este momento en nuestro mercado. Como ya te habrás imaginado, pasó por todas las áreas con nota... y sólo el escaso perfil de las llantas de 22 pulgadas de la variante First Edition sobre la que íbamos montados nos hizo temer poner una rueda fuera de lo negro. Olé.

¿Cuál es el precio del Jaguar I-Pace?
Si tras leer la prueba del Jaguar I-Pace has decidido que necesitas que sea tu coche, deberías tomar nota: el modelo sólo estará disponible con una variante motriz propulsada por una batería de 90 kWh que es capaz de alimentar a sus dos motores de 400 CV y 696 Nm de par durante 480 kilómetros según el ciclo WLTP. Las diferencias entre las distintas unidades que salgan de los concesionarios estarán marcadas por el nivel de equipamiento escogido... y la cantidad de extras que quieras añadir a la factura final. El escalón de acceso tiene un precio de 79.100 euros para el acabado ‘S’ que ya incluye elementos como pilotos traseros LED, llantas de 18 pulgadas, asientos deportivos o climatizador automático bizona. ¿Crees que necesitas más? Arrima un poco más de pasta y podrás hacerte con las versiones ‘SE’, ‘HSE’ o ‘First Edition’, que tienen un precio de 87.100, 93.200 y 103.500 euros respectivamente y traen consigo todo tipo de golosinas. Vale, no es precisamente barato. Pero en este momento es la mejor propuesta del mercado. Colegas alemanes, your turn.
Adjuntos
jaguar-i-pace_16.jpg
jaguar-i-pace_9.jpg
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